lunes, setiembre 03, 2007

Mi pesadilla

...me atormenta, está en todos lados, no sé que hacer, trataré de darle muerte, trataré de enseñarle la imagen de mi Dios, nuestro único señor de los cielos.

Una pesadilla no me dejó dormir. Sudé tanto que a la tercera vez que me asustó tuve que pararme a fumar un cigarrillo.

-¿Qué quieres de mi?, le pregunté mirando de un lado a otro.

Ninguna respuesta, ahora ya no estaba, se había ido. Terminé de fumar y apagué la luz, todo oscuro, no veía nada, solo una luz que estaba tirada en suelo, y era la colilla del cigarrillo.

Mi noche se convirtió en un miedo, el miedo se escabulló debajo de la cama, y yo aún muriéndome de sueño, pensando que quizá volverá aquella sombra negra que se advirtió en mi sueño.

Era una sombra de un niño, que se venía hacía mi, yo adormecido no podía escapar, gritaba con toda mi alma, pero nadie me oía, ni si quiera la lechuza que descansa en el viejo roble, nadie.

Interiormente decía: dejaré que se acerqué, es tan solo un niño, pero había otra voz que me alarmaba que debería despertar, porque esa sombra negra que se me acercaba no era una luz de esperanza, esa sombra quería matarme, ahorcarme con sus dedos helados, esa sombra era la muerte.

Mis manos en mi cabeza, consternado de que nuevamente vuelva, imaginándome cosas, ya pasará, ya se irán los malos espíritus, se retirarán, porque esta noche los esperaré con mi Biblia en la mano, me haré el dormido y plantaré la cruz del crucifijo en sus ojos, y cuando despierte, estará derrotado, sangrando de dolor…

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