domingo, febrero 03, 2008

Metamorfósis

El cambio interior de un travesti se transforma entre las cuatro paredes del Hotel Lima. “Marcia” tiene 24 años, y a pesar que solo tiene un año trabajando por estas calles, su trato es deseable. En su habitación todos los objetos en su lugar, la cama, la silla, la mesa y un asqueroso balde en una de las esquinas espera ser llenado de papel higiénico dejado por los clientes.
La primera fotografía, retratada detrás de una silla, se sumerge a través de la mirada de Marcia, viaja por cada línea de su cuerpo, ese deseable cuerpo que solo es utilizado para dibujar monedas en los ojos de los hombres.

La actitud de Marcia dentro de la habitación es serena, parece no matar ni una mosca, todo en silencio, solo la cama se menea cuando “ella” se maquilla. Su ronca voz despierta mi atención, trata de entonarla femeninamente, pero no puede.

Detrás de las rejas, parece estar atrapada, pero no es así, subida en la cama danza en poses como todas las noches lo hace con sus clientes. El callejón, aquel rumbo oscuro que termina en el exterior. Ahora Marcia ya no es tranquila, cambio radicalmente así como lo hizo con su opción sexual, es más explosiva. La calle, las luces, la velocidad de los vehículos despiertan el interés de sus miradas pérdidas por atrapar alguna víctima.

Después de ser como una fiera, el misterio vuelve, los pasos son los mismos, el camino también, todo gira alrededor de este recinto, todo termina en un viejo espejo, Marcia se transforma, su fuego se apaga, su forma de ser extrovertida revierte a la calma.
Esta historia no trata de inmortalizar el cuento de Franz Kafka, el cambio de Marcia no es externo, no trato de convertirla en una cucaracha, si no, dar a conocer la transformación profunda de una persona, como se transforma interiormente, entre cuatro paredes, el mostrar su actitud dentro de la habitación, una actitud calmada y el como explota al momento de salir a la calle y como utiliza el espacio para encontrarse consigo misma.