miércoles, agosto 08, 2007

El último adiós

Una monja rebelde vaga por los panteones del cementerio de Casa Grande. Se siente sola, sola como la rosa que carga entre sus dedos. En pies descalzos y con el llanto en la boca, grita desconsoladamente que nuestro redentor le devuelva el alma de su hijo.

No siente paz, ¡no!, no la tiene, porque en vida, maltrato físicamente al menor, y ahora está arrepentida de los malos actos que realizó. Vestida con su atuendo negro, Penélope, no se resigna a la muerte del menor, aún late en su corazón, una esperanza, un camino de salvación que le guiará donde encontrar el ataúd.

Las esculturas de las lápidas la observan pasar. Ella, con la cabeza gacha sigue deambulando. Su tristeza se refleja en su penetrante mirada, larga es la espera, larga…

De repente, luego de tanta angustia y dolor, una lágrima cae de uno de los nichos, es él, su hijo, respondió al llamado de su madre. Penélope, lo carga, observa el ataúd, lo acaricia, lo abraza, se acuesta junto a él, pidiéndole perdón.

Todo esta en silencio, ni las lechuzas se atreven a pararse por los escombros de los panteones, nada, todo calmado. La monja rebelde en un momento de desesperación intenta llevar el cajón, pero Dios no le permite la cruel decisión. El niño necesita descansar en paz, su cuerpo tendrá que dormir para toda la eternidad.

La monja rebelde, deja caer la cruz que llevaba cargado entre hombros, ahora tiene paz interior, está más serena, da un suspiro, y sin mirar atrás le deja la rosa, esa rosa que cargaba entre los dedos.

Proyecto Fotográfico realizado en la ciudad de Casa Grande, en el mes de marzo del 2007.
Ganador de una mención honrosa en el Concurso Nacional de Fotografía en la ciudad de Puno, organizado por la Asociación Peruana de Estudiantes de Comunicación Social.
Publicado en la primera edición de la revista Visión Urbana de Trujillo.

5 comentarios:

Lucila dijo...

Esas imágenes hablan por sí solas.
El amor a ese ser se desborda en ese aferrarse. Descalza en su penitencia, ausente en su vida, presente en esa urna, muerte y tristeza, desolación y espera.
Vaya que te merecías esa mención.
Besos!

- JJ dijo...

Impactada con tus imágenes y esa búsqueda.
Se refleja el dolor de la ausencia y ese querer partir para seguir andando juntos.
Feliz por esa mención de honor.
Te abrazo y te deseo mucho éxito.
Besos!

Tony dijo...

Te enlazo desde Perú.21

Está excelente esta pasarela de fotos. No sé qué más decir... me ha dejado algo anodadado.

Saludos desde los cielos dorados.

Miguel Angel Servellón dijo...

Excelente serie, amigo te felicito.
Te deseo éxitos en esta semana.
Saludos

Ale dijo...

Hola, me gustan tus imágenes del cementerio. Aunque no soy muy sensible al a monja, cosas mías, quisiera saber si tienes más fotografías del cementerio de Casa Grande, mi tatarabuelo es de Mal Abrigo aunque aunque está enterrado en ese cementerio... sería genial si cuelgas más, ese lugar es mágico.